Como todo buen show, como este, el espectáculo está compuesto por distintos actores, distintas verdades, distintas realidades, se dibuja en la arena un bricolaje de estupidez, sentimientos, carismas, penas y olvidos, una mixtura de seres devenidos del hueco de un árbol pronto a morir... un árbol con conciencia para el peor de sus casos, sin importar que tipo de conciencia o en qué estado de funcionamiento, conciencia al fin... y del fin...
Y así la arena reclama sangre, sangre que la gente pide, y de Don Toro no podríamos sacar tanto, así que la morbosidad pudo más y trajimos a esta gente engañada a ser parte del show, del circo! A un no lo saben y nunca tal vez lo sepan, ellos siguen siendo ellos, mirados a través de un cristal, como en un reality...
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